Te irás, tal vez; te irás, como una barca
buscando el mar o huyendo de la tierra,
pero estarás en mí, como la marca
de un doblez en un libro que se cierra.
Te irás, tal vez; y como tantas cosas
que están presentes aunque se hayan ido,
serás en mí como un rosal sin rosas
pero secretamente florecido.
Te irás, tal vez; te irás calladamente,
mas si el humo se va, queda la brasa,
y te parecerás a la corriente
que, pasando y pasando, nunca pasa…
y así te irás sin irte, como un largo
rumor de agua cayendo noche y día,
pues deja de llover, y sin embargo,
nos parece que llueve todavía...
José Ángel Buesa
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